Hace mucho tiempo que fumo. No sirve de nada dejarlo ahora.

Sea cual sea la cantidad de tabaco que se consume y cuánto hace que se fuma, nunca es demasiado tarde para dejarlo. En efecto, el riesgo de desarrollar una enfermedad grave se reduce después de dejarlo, hasta situarse progresivamente en el de un no fumador. Alcanza el de los no fumadores en un año en el caso de las enfermedades cardiovasculares y disminuye un 60% en cinco años en el de los cánceres del pulmón.

He intentado dejarlo muchas veces, y siempre vuelvo.

Puede que haya intentado dejarlo varias veces sin obtener un éxito definitivo. Debe saber que todos sus intentos pasados aumentan sus posibilidades de un futuro éxito. A menudo es después de varios abandonos temporales cuando los fumadores acaban por renunciar definitivamente al tabaco.

Tengo miedo de engordar.

El aumento de peso es casi siempre moderado. Pero tiene remedio (1/3 de los fumadores no engordan en absoluto). Es posible limitar el aumento de peso tomando medidas dietéticas o llevando una vida saludable: comer de todo pero de otro modo (más verduras, fruta…), aumentar la actividad física (subir las escaleras en lugar de coger el ascensor…).

Sólo fumo cigarrillos light.

Los cigarrillos light fueron creados para disminuir la cantidad de productos tóxicos inhalados por los fumadores, pero siguen siendo peligrosos, a pesar de lo que la industria tabaquera quiere hacer creer al público. De hecho, las tasas de nicotina y de alquitrán que se indican en los paquetes corresponden al rendimiento de las máquinas de fumar: pero ningún fumador se comporta como la máquina de referencia. La cantidad de productos tóxicos absorbidos varía mucho según la manera en que se fuma. Cuando una persona que presenta una dependencia a la nicotina decide fumar cigarrillos light, modifica inconscientemente su manera de fumar para absorber la misma cantidad de nicotina que antes, ya que su organismo sigue sintiendo la necesidad.

Fumar es un placer.

Los ex fumadores dicen que al dejar de fumar redescubren otros placeres: el olor de las flores, el sabor de los alimentos, la impresión de respirar profundamente. También experimentan un sentimiento de éxito personal y la satisfacción de haber recobrado una forma de libertad.

Fumar me relaja.

La tensión que siente antes de fumar y que se alivia con el tabaco, principalmente se debe a la falta de nicotina. Después de haberlo dejado varias semanas, los ex fumadores a menudo experimentan un sentimiento de relax: ya no sienten que les falta.

El tabaco de liar es menos nocivo. 

El tabaco de liar es más barato pero 4 veces más tóxico que el tabaco manufacturado. El cigarrillo liado contiene más nicotina. Aunque el cigarrillo liado pesa menos (por término medio la mitad comparado con un cigarrillo normal), sigue siendo dos veces más tóxico. Lo más grave es que no hay más filtro que los pulmones.

¿Qué es el tabaquismo pasivo? 

Se calcula que una persona en la misma habitación que alguien que esté fumando, inhalará alrededor de un 10% del humo. Es lo que llamamos tabaquismo pasivo, que tiene repercusiones evidentes en la salud, como demuestran los estudios que comparan las afecciones que desarrollan los que soportan un ambiente lleno de humo con los que, por el contrario, no tienen a fumadores a su alrededor

¿El puro o la pipa son menos peligrosos que los cigarrillos? 

El tabaco de pipa, como el del puro, produce un humo acre difícil de inhalar, pero poco ácido, lo que facilita el paso de la nicotina a la sangre. Elegir fumar puros en lugar de cigarrillos es interesante si no se inhala el humo, cosa que se da raramente cuando se tiene la costumbre de hacerlo con los cigarrillos. En caso de inhalación, el puro es, por el contrario, más tóxico, a causa de la elevada proporción de monóxido de carbono del humo.

¿El tabaco afecta a la capacidad olfativa? 

La cuestión del efecto del tabaco sobre el olfato es controvertida, ya que el hecho de dejar de fumar modifica levemente los umbrales de sensibilidad, mientras que modifica mucho la impresión subjetiva al apreciar los olores y los alimentos. La comparación entre grupos de fumadores y no fumadores da unos resultados variables. Un estudio de 1990 mostró que si se tiene en cuenta la dosis de tabaco y la duración de la intoxicación, al igual que otras drogas, se percibe una correlación entre la dosis ingerida y un test de identificación, tanto en los fumadores como en los ex fumadores. Se observa una «mejora» de la capacidad olfativa de los ex fumadores en comparación con los fumadores en los fumadores que lo han dejado desde hace mucho tiempo, y ésta es proporcional al tiempo transcurrido después de haberlo dejado. Los fumadores, en el momento de someterse al test, tienen el doble de posibilidades de sufrir un déficit que los que nunca han fumado. Los resultados indican que:

• El tabaquismo tiene efectos a largo plazo pero reversibles sobre la capacidad olfativa.
• El fracaso de las investigaciones anteriores para demostrar un efecto del tabaco puede deberse a
la inclusión de ex fumadores en el grupo de no fumadores.
• Los efectos del tabaquismo sobre el olfato son cuantitativamente menos importantes que los del envejecimiento (pero, por supuesto, son acumulativos).
• El mecanismo de acción sobre las mucosas y los receptores no se conoce con precisión, pero en los animales tiene efectos adictivos. Como los neuroreceptores en principio se regeneran en cuestión de semanas, para la recuperación a largo plazo en la actualidad todavía no se tiene explicación. Es posible que el tabaco interfiera en esa regeneración natural, así que tampoco se sabe si es tan regular en un anciano como en un joven.

En resumen, el tabaco mata más rápido de lo que tarda en desarrollar anosmia, pero tiene efectos probados sobre la capacidad olfativa.

¿Qué se puede ganar dejando de fumar? 

Renunciar da resultado. En cuanto deja de fumar, su cuerpo empieza a curarse.

Renunciar al tabaquismo es, con diferencia, el medio más eficaz para que los fumadores mejoren la calidad y la duración de sus vidas. Todos los fumadores, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, con buena salud o que sufran ya una enfermedad ligada al tabaquismo, pueden beneficiarse de las ventajas de renunciar al tabaco por el bien de su salud.

Los ex fumadores viven más tiempo que los que no lo han dejado. Las personas que lo dejan antes de los 50 años disminuyen a la mitad el riesgo de morir durante los próximos 15 años, comparado con los que continúan fumando.

Renunciar da resultado.
En cuanto deja de fumar, su cuerpo empieza a curarse.
Tiempo transcurrido desde el último cigarrillo.
20 minutos
La presión arterial y el pulso vuelven a ser normales.
La temperatura del cuerpo vuelve a ser normal.

8 horas
El nivel de monóxido de carbono en la sangre disminuye y el nivel de oxígeno aumenta hasta parámetros normales.

24 horas
El peligro de un ataque cardíaco disminuye.

48 horas
Los alimentos saben mejor y huelen mejor.

Entre 2 semanas y 9 meses
La tos, la congestión, el cansancio y el sofoco disminuyen.
El nivel general de energía aumenta.

1 año
El peligro de sufrir una crisis cardíaca se reduce a la mitad comparado con el peligro que corre un fumador.

Entre 5 años y 10 a 15 años más tarde
El peligro de contraer cáncer del pulmón disminuye hasta casi la mitad.
El peligro de morir es el mismo que el de una persona que nunca ha fumado.

* El tiempo varía según la duración y la intensidad de su tabaquismo.

El tabaco es maravilloso para calmar los nervios.

FALSO

Desgraciadamente, el tabaco es una fármaco-dependencia muy fuerte, no una libertad. Si los fumadores fuesen libres, dejarían todos de fumar porque la mayoría dice querer librarse de esa costumbre. El tabaquismo es una mala costumbre de vida que se desarrolla durante la adolescencia en un momento en el que las decisiones se toman por mimetismo, por la presión de los demás, etc. Esta elección no se basa en el conocimiento. De hecho, es rarísimo que un adulto empiece a fumar. Por último, según varios estudios, ¡a menudo resultará mucho más difícil dejar de fumar que dejar de tomar heroína o cocaína!

Fumar es un derecho y una libertad.

FALSO

Desgraciadamente, el tabaco es una fármaco-dependencia muy fuerte, no una libertad. Si los fumadores fuesen libres, dejarían todos de fumar porque la mayoría dice querer librarse de esa costumbre. El tabaquismo es una mala costumbre de vida que se desarrolla durante la adolescencia en un momento en el que las decisiones se toman por mimetismo, por la presión de los demás, etc. Esta elección no se basa en el conocimiento. De hecho, es rarísimo que un adulto empiece a fumar. Por último, según varios estudios, ¡a menudo resultará mucho más difícil dejar de fumar que dejar de tomar heroína o cocaína!

Fumar puros es igual de dañino.

La concentración de nicotina de un puro habano equivale a la que hay en tres paquetes de cigarrillos. Y aunque se suele decir que los fumadores de puros no inhalan el humo, ¿qué hay del cáncer de boca y del humo secundario?
Algunas compañías (raramente, todo sea dicho) han elegido incluir las sustancias nicotínicas en uno u otro de sus seguros complementarios. Es el caso, por ejemplo, de Helsana, que se propone cubrir el gasto (al menos hasta una cierta cantidad) en el marco de su complemento destinado a la prevención. Existen otros métodos para dejar de fumar. Como los que recurren a la acupuntura y a la hipnosis. Incluso en este caso, las sesiones no se reembolsan a no ser que se disponga de un seguro complementario que cubra este tipo de prestaciones.
En resumen, las ayudas para dejar de fumar sólo se reembolsan si forman parte de un seguro complementario. Si el seguro médico al que está usted afiliado no ofrece este tipo de cobertura, por supuesto puede suscribir otro con otra compañía de seguros. A usted le corresponde la decisión… a la espera de que el debate iniciado a nivel nacional por los medios antitabaco produzca sus efectos…

El tabaco y los seguros médicos.

La posición oficial de las compañías de seguros médicos es clara: fumar es una elección personal, ¡así que cada uno debe asumir su responsabilidad! Esta posición se refleja de manera evidente en la presencia de los «sustitutos de nicotina» (parches, chicles, inhaladores, etc.). La seguridad social no reembolsa el gasto de estos sustitutos, y raramente lo hacen en el sector privado. Sin embargo, ciertas aseguradoras son de distinta opinión. Estiman, en efecto, y con toda razón, que animar a la gente a dejar de fumar tiene efectos beneficiosos sobre la salud. Y también en sus gastos sanitarios.

Algunas compañías (raramente, todo sea dicho) han elegido incluir las sustancias nicotínicas en uno u otro de sus seguros complementarios. Es el caso, por ejemplo, de Helsana, que se propone cubrir el gasto (al menos hasta una cierta cantidad) en el marco de su complemento destinado a la prevención.

Existen otros métodos para dejar de fumar. Como los que recurren a la acupuntura y a la hipnosis. Incluso en este caso, las sesiones no se reembolsan a no ser que se disponga de un seguro complementario que cubra este tipo de prestaciones.

En resumen, las ayudas para dejar de fumar sólo se reembolsan si forman parte de un seguro complementario. Si el seguro médico al que está usted afiliado no ofrece este tipo de cobertura, por supuesto puede suscribir otro con otra compañía de seguros. A usted le corresponde la decisión… a la espera de que el debate iniciado a nivel nacional por los medios antitabaco produzca sus efectos…